¿Qué es el miedo? Es miedo es una respuesta activa del cerebro ante una posible amenaza. Tenemos un -cerebro emocional-llamado el “Sistema límbico” donde tenemos alojada la “Amígdala” esta es la que produce la respuesta del miedo.
La palabra “Coronavirus” está alojada en nuestra amígdala y urge que la saquemos de allí, dónde el sistema imperial la quiere alojar en la amígala de ocho mil millones de seres humanos que caminamos sobre el planeta.
Decía Job: Lo que más temía, eso fue lo que me sobrevino.
El miedo es una falsa evidencia con apariencia real, ¿Por qué? Porque del 100%, el 70% de nuestros miedos son imaginarios o inventados o alojados. El miedo solo existe en tu -mente- porque es una perturbación angustiosa.
No existe una cantidad de miedo, solo existe el miedo que cada quién acepta. El miedo es gratuito. No se alquila ni se compra. ¿Qué es lo peor que pudiera suceder si ocurre lo que tememos? El miedo consume toda energía. Se alimenta de la inacción.
El saqueo que se está produciendo en algunos -supermercados- responde al miedo y al desconocimiento y malestar emocional.
¿Cómo dejar de pensar constantemente en el coronavirus? Haciendo autoconciencia, ¿De qué? De uno mismo. ¿Qué es conciencia? Es darse cuenta del asunto del coronavirus, que más que un virus es un laboratorio orquestado.
Debes tomar conciencia de que no eres una marioneta de ningún estado o imperio o sistema. Conciencia de buscar soluciones, aquí y ahora. Conciencia de unirte, de ser parte de los que pensamos, analizamos, indagamos y buscamos la verdad oculta. Toma conciencia que nos están encajando, hermetizando, encerrando como si fuéramos ovejas del rebaño del sistema. La toma de conciencia es el primer paso para salir del miedo y del coronavirus. No, no estamos en una celda de aislamiento, tenemos que seguir caminando hacia la vida y con la vida que el Eterno nos dio.
La toma de conciencia ante todo es un despertar general. Debemos conjugar el verbo despertar: Tú me despiertas, yo te despierto, nosotros despertamos, vosotros despertáis. Tenemos que hacer consciente lo inconsciente.
Que comience la revolución del despertar de conciencias. Así solo seremos capaces de sanarnos de este coronavirus, de liberarnos y de desprendernos de lo que nos hace daño y causa temor maligno.
Dejemos de vivir centrados en nuestro “Yo” tan particular. Nos han narcotizado el Yo. Está encerrado. Es tiempo de abrir la puerta de la luz y hacerla brillar en medio de tanta oscuridad que viene de la sobreinformación. Hay que correr los velos detrás de las cortinas de humo.
No podemos convertirnos en esa sociedad “matriz” sumidos en ese estado de indefinible apatía. Te propongo despertar, pero antes te sugiero las siguientes pautas emocionales de autocuidado.
· Mantenga una actitud optimista y objetiva. Sea fuerte y capaz de hacer lo que tiene que hacer.
· Lleve a cabo los hábitos adecuados y de higiene y prevención que recomienden las autoridades sanitarias.
· Evite hablar permanentemente del coronavirus y que el tema le lave el cerebro e influencie su psiquis.
· Apóyese en su familia y amigos.
· Ayude a otros a mantener la calma y a tener un pensamiento adaptativo a cada situación.
· No contribuya a dar difusión a noticias falsas. No se preste para videítos que generan terror.
· No alimente su miedo ni el de los demás.
· Tenga cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas y ponga su Fe en algo superior a esto tan inferior que nos ocupa en este planeta tierra.

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