Conozca al Dios del Reino: Capítulo 1
Sección 8: Conozca que Dios y el Cielo son una misma Esencia
Conocemos que, “Dios es Espíritu…” (Juan 4:24) y que la lámpara de Dios es el espíritu del hombre (Proverbios 20:27) “Que el Señor esté con tu espíritu” (2 Timote 4:22). El espíritu es la vasija de Dios. Como vasija él ha depositado toda su naturaleza en él y, por ende, ese espíritu lleno de Dios, es la imagen de él mismo. Dónde hay energía hay movimiento y el Espíritu es la omni energía y/o el omnimovimiento de la esencia de Dios. El Espíritu es la fuerza del soplo o de la insuflación de Dios a todas las cosas que dio o que tiene vida o que tienen energía o movimiento como en Génesis 2:7. El Espíritu es el aliento supremo de la inmortalidad. El Espíritu no es una sustancia física que está formada por partes. El Espíritu es un entero perfecto y no es posible separarlo en diversos componentes. Una sustancia espiritual como es el Espíritu de Dios, no tiene partes ni fragmentos. Su Espíritu es un Ser que no tiene partes ni ocupa espacio ni tiempo, ni hace peso ni carga. Su Espíritu no pertenece al dualismo.
Creemos que, el Espíritu de Dios es su propio Yo Soy. Que cuando Dios le dijo a Moisés en Éxodo 3:14 Yo Soy el que Soy, ambos estuvieron en el Espíritu. Estar en el Yo Soy es estar en un estado adimensional, glorioso, poderoso, efectivo y revelador. El Yo Soy significa Espíritu y el Ser significa “Sin esfuerzo”. Que cuando tú haces esfuerzo es para llegar a Ser. Que Ser ya es. Que Dios ya es sin esfuerzo alguno. Que Espíritu ya es. Es un Yo. Es un Soy. Que cuando tú haces esfuerzo para ir a Dios o al cielo, estás negando que Dios no es ni el cielo es. Dios no necesita esfuerzo ni el cielo tampoco. ¿Qué esfuerzo necesita Ser una silla plástica de color amarilla? Ninguno, porque ella ya es. Un pájaro no necesita esfuerzo para volar, volar es su expresión distintiva y significa que sin volar o volando ya el pájaro es. Un pez no necesita esfuerzo para nadar. Tú no necesitas esfuerzo para ser hombre o mujer. Lo que es del Espíritu, Espíritu es sin esfuerzo alguno. Que es nuestra mentalidad religiosa la que está intentando Ser o llegar a Ser. Dios no está intentando Ser lo que Él por esencia ya es Espíritu, ya es el Yo Soy. Dios no está esforzándose por ser Dios, Él ya es. Dios no es tanto un Soy como un Seré. Dios es un eterno presente. Dios es el Todo y en Todos (1 Corintios 15:28).
Conocemos que, Dios Espíritu ya está en su lugar, ¿En cuál? En Sí mismo. No hay más lugar que Dios mismo. A Dios Espíritu no hay que colocarlo en una lámina, ídolo, imagen, esfinge, estatua, porque es una estúpida necedad. Nadie puede tocar al Espíritu y moverlo a dónde se quiera. Dios se mueve a sí mismo. Dio Espíritu tampoco se puede sobreponerlo como si alguien lo sobrepusiera encima de una mesa con algo decorativo. Dios no es objeto movible. Tampoco a Dios se puede quitar. Su Espíritu es esencia. Su Espíritu es Amor. Su Espíritu es Luz. Su Espíritu es Santo.
Dios Espíritu no cambia con el tiempo ni con la circunstancia para ser algo distinto de lo que es. Dios Espíritu no puede ser destruido por ningún proceso natural ni material que esté en espacio o tiempo. Que Dios permanece en lo que es de hecho o de forma y que no puede ser otra cosa.
Conocemos que, todo lo que puede localizarse materialmente puede ser destruido, porque es efímero o endeble y puede ser separado en partes y puede seleccionarse y aún puede dividirse y romperse y aún marchitarse. Dios Espíritu no se le puede quitar nada, porque no hay nada en El que se le pueda quitar. Si algo pudiera quitársele, entonces, no sería Espíritu, no sería Dios, no sería eterno o incambiable.
Conocemos que, entendiendo todo esto de Dios Espíritu, podemos comprender, que el Cielo es Dios mismo y Dios mismo es el Cielo. Nadie puede separar el Cielo de Dios ni a Dios de Su Cielo. El Cielo de Dios es altamente Santo, por ende, nunca ha existido el hecho de que un ángel le contaminó por subversión el Cielo Santo al Dios Santo. La inmortalidad nunca pudo ni puede ser contaminada. No hay rebeldes en la inmortalidad del Cielo de Dios. La inmortalidad es Dios mismo y Dios mismo es la inmortalidad. El Cielo y Dios no son dos cosas fisio geográficas localizables en algún punto de la tierra o del espacio o del tiempo o del universo. El Cielo es Espíritu. El Cielo no es algo distinto a Dios. El Cielo espacial o atmosférico, no es la habitación dónde mora Dios. El Cielo azul es el del hombre y es el cielo de la tierra. Ese no es el Cielo Dios. Cuando mi espíritu tiene a Dios, tiene el Cielo. Dios solo puede vivir dónde El mismo es. Dios no habita dentro de una bóveda celeste. No existe un espectro visual que pueda contener a Dios, encerrarlo dentro de él, o capturarlo o encasillarlo. No podemos hacer una captura visual de Dios. Yo vi a Dios, eso solo se puede ver en el Espíritu, dónde está el Espíritu y dentro del Espíritu.
Conocemos que, Cuando Dios en el principio creó Dios los cielos y la tierra, éstos fueron para el hombre. Que Dios no tiene lugar físico para sí mismo. Que Dios es de otra esencia y/o naturaleza. Cuando “Dios estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos” (Salmo 103:19). “Dios dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies…” (Isaías 66:1). “Padre nuestro que estás en los cielos” (Mateo 6:9) solo fueron estos pasajes metáforas. Que una metáfora se usa para enriquecer nuestro pensamiento y lenguaje. Es una expresión de lenguaje relacionada a un objeto que se aplica a otra palabra para impresionar una similitud, por ejemplo: Tus ojos son como dos luceros. Un lucero no es un ojo, pero se usa la metáfora para indicar que los ojos de tal persona brillan como los luceros del firmamento.
Conocemos que, la expresión “Padre nuestro que estás en los Cielos” indicó que los cielos son una posición de preeminencia, alto rango, elevada superioridad, y eso fue precisamente lo que el Hijo quiso decir del Padre. Leemos en Isaías 14:12 “!Cómo caíste del cielo, ohm Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones”, el profeta está hablado del Rey de Babilonia Beltsasar nieto de Nabucodonosor, (No habló de ningún diablo o ángel caído del Cielo de Dios). Este Rey, estaba embelesado en su auto teísmo, se creía Dios por sus muchas riquezas y por gobernar por encima de los reyes y reinos de su tiempo. El profeta Isaías sentenció su caída de gobierno y de posición y le aplicó el epíteto “Cielo” para indicarle que esa altura de gobierno, de ese rango o posición presidencial o reinado estaba y de ahí caería a la muerte. Beltsasar no estaba en el cielo sideral, estaba en alta posición gubernamental de dónde cayó, cuando vinieron los persas y lo mataron y tomaron el control de babilonia.
Conocemos que, el Cielo es Dios mismo. Que Dios y el Cielo son una sola adimensión y naturaleza. El cielo es una esencia donde Dios habita en ella misma. Donde está Dios se encuentra el Cielo. Todo lo que de Dios se encuentra en el Cielo y todo lo del Cielo se encuentra en Dios. Que no se puede aislar o separar a Dios del Cielo ni el Cielo de Dios. Que el Cielo y Dios son una Unidad Perfecta. Que todo lo que esté en Dios por ende está en el Cielo ¿Cuál? En Su Espíritu. En Su naturaleza. Cuando Yahshúa habló del “Reino de los Cielos” era para que los judíos del I Siglo, entendieran al Reino preeminente, de superioridad al Reino romano de la época. Les habló de la altura de Dios, de la majestad de Dios, de la soberanía de Dios. Lugar celestial es altura. Región celeste es altura o posición de superioridad.
-En Hebreos 8:1 Cristo como sumo sacerdote se sentó a la Diestra del trono de la majestad en los cielos. Físicamente en los cielos de la tierra, no hay una silla derecha. El autor lo que está diciendo es que la “diestra del trono” es Cristo y él mismo se “sentó en su propio rango ¡Dios! o majestad en los cielos para indicar su soberanía o superioridad. Si usted se sentará en la luna y viera hacia abajo a la tierra suspendida en el espacio, aseguraría que los cielos es superioridad, es cumbre, altura, maximización, elevación, rango, soberanía, poder.
En 1 Tesalonicenses 1:10 “Y esperar de los Cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”. Pablo y los santos en Tesalónica esperaban en el primer siglo <de los Cielos> o del poder de Dios un rescate de la ira venidera que fue el juicio del año 70 d.C. dónde el templo y la ciudad de Jerusalén fueron destruidos. Yahshúa dijo en Juan 3:13 “Nadie subió al Cielo (Dios), sino el que descendió del Cielo (Dios); el hijo del Hombre que está en el Cielo (Dios)”. Cuando el sujeto (Padre) está referido a los términos “Cielo” o “Cielos” se refiere a majestad, dominio, poder, soberanía, luz, gloria, honor.
-Cuando Esteban estaba muriendo dijo en Hechos 7:56 “He aquí, veo los Cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios”. Esteban estaba vislumbrando de antemano la gloria de la diestra de Dios o la majestad misma de Dios a donde él después de su muerte entraría en Dios mismo o en su Cielo.
-En Mateo 3:16 “Y Yahshúa después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los Cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”, ¿De cuáles Cielos vio al Espíritu de Dios? Un Espíritu no se ve con ojos físicos. Yahshúa vio la majestad misma de Dios en Espíritu y envuelto en esa majestad vio al Espíritu de Dios (Su presencia) sobre él. Que ver es equivalente de entender.
-El 3:17 dice “Y hubo una voz de los Cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”, “una voz de los Cielos” es una confirmación ulterior de la majestad de Dios. Si ubicamos a Dios en “Cielos” geográficos o físicos, entonces, lo limitaríamos a un espacio o lugar y no sería un Dios trascendente e infinito sino un finito encerrado o encasillados en un espacio limitado del universo. Dios no tiene espacio físico. El único espacio si hemos de usar este término “espacio” sería el espíritu del hombre como en 2 Timoteo 4:22 que Adonay Yahshúa o el Señor Jesucristo esté con tu espíritu, ¿Cuál espíritu? -El espíritu de Gracia esté en tu espíritu (Timoteo).
Pablo bajo la presión, tribulación y persecución romana escribiéndoles a los santos en Filipo les dice en Filipenses 3:20 “Mas nuestra ciudadanía está en los Cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo el cual transformara el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”. La ciudadanía estaba en la majestad misma de Dios. De esa majestad ellos, esperaban un cambio de cuerpo “de cuerpo de humillación” (deshonra) a “cuerpo de gloria” (honra). En la tierra bajo persecución, ellos tenían “cuerpo de humillación” pero al entrar en la majestad de Dios mismo se verían con “cuerpo de gloria”, ¿Qué es un cuerpo de gloria? Es una imagen de luz y un vestido de majestad adimensional.
-En 1 Corintios 15:48,49 dice que los Celestiales traerían la imagen del Celestial no una imagen física sino eterna (Dios) y lo que una vez estando en la tierra fue corruptible, en el cambio, sería vestido de la majestad de la incorrupción e inmortalidad (V:52), pues, está claro que un “cuerpo de gloria” no es un vestido físico, pues el V:50) dice que la sangre y la carne no heredan el reino de los cielos.
-Si el nuevo testamento habló del Reino de los Cielos, es porque los “Cielos” estuvieron referidos a la altura, honor, gloria, privilegio, dominio, poder, incorruptibilidad e inmortalidad. El Reino es de la majestad. Arrepentidos porque el Reino de la majestad se ha acercado a vosotros, equivalía a decir lo mismo el “Reino de Dios/Cielo”.
-En 2 Corintios 12:2 Pablo dijo: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer Cielo”. El tercer Cielo” no fue un cielo geográfico, fue una adimensión de alto conocimiento, fue un paraíso de conocimientos, ya que a Pablo lo que oyó en esa adimensión no se le permitió expresarlo en esta dimensión física.
Estar en un Cielo nuevo y tierra nueva era estar en una nueva adimensión, en un cambio radical, en una nueva visión, orden y gobierno de Dios.
-En Apocalipsis 21:1 Juan vio un Cielo nuevo y una tierra nueva, porque las primeras cosas pasaron. Juan estaba en las primeras cosas de Israel y Dios lo cambio a un nuevo orden y visión dándole a conocer ese “Cielo nuevo” donde vio algo nuevo, la nueva Jerusalén, el tabernáculo de Dios con los hombres como su Dios. El Cielo entonces es Dios mismo y representa las virtudes, propiedades, alturas, atributos de Dios. Ese cielo de Dios es Dios en majestad, reino, gloria y honor. Ese cielo es un alto conocimiento o conocimiento pleno. Que el Cielo es Dios mismo y Dios mismo es el Cielo. Usted no va al Cielo, usted en Dios, ya está en el Cielo. Al vivir o al morir, no vamos al Cielo geográfico o el de arriba. Ya en plenitud nos encontramos en el Cielo y no vamos como si fuera una ruta o un viaje, porque ya entramos al camino Cristo y estamos en Dios/Cielo. No necesitamos morir para ir al Cielo de Dios; porque ya vivimos para vivir Cielo, para ser Cielo y para estar reinando en el Cielo adimensional Espíritu que es Dios mismo.
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Excelente enseñanza.